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La Boda de Brecht sirvió al grupo de trabajo como territorio de preguntas y estallido ¿Qué nos contaba a nosotros hoy esta obra escrita en un contexto histórico tan disímil? Hoy el matrimonio es una institución cuestionada que busca su manera de adaptarse a la época.

Las preguntas sencillas sobre nuestra historia personal en relación al tema convocante fueron gestando un material humano, rico en vivencias, que nos atrajo y que comenzamos a acumular. El proceso dejó al descubierto distintas texturas verbales, modos, giros en el decir, como también diferentes versiones sobre una misma historia, perspectivas que dan cuenta del espíritu de multiplicidad y polisemia en el tiempo que vivimos.

A partir de esto nos abocamos a los rituales de representación; una boda está constituida por una serie de hitos perfectamente pautados, y ese conjunto perfectamente instrumentado también es una representación… la dramaturgia condujo al director a ver la posibilidad de establecer puentes y cruces entre planos de distintas realidades, a saber: la realidad de la boda, la realidad de los relatos personales de los actores, la realidad de los personajes.

Así se genera un constante devenir de los vínculos que hace que la dinámica de los sexos desarrolle el permanente vaivén lúdico entre las relaciones. Buscando, en la mecánica del juego, una puerta hacia la verdad desnuda del adulto.

"Ahora se acabó el teatro y comienza la realidad" dice un personaje en el texto de Brecht… Y así esta paradoja deviene acción e impulsan nuestro proyecto.
  • ¿Cuál es el límite de la ficción?
  • ¿Es cierto lo que en una boda sucede?
  • ¿Alguien cree en el “Sí quiero”?
  • Todas esas caras sonrientes ¿sonríen o son muecas de actor?
Porque las palabras piden cuerpos en escena para tentar respuestas, es que aquí se hace tiempo presente LA BODA ES TEATRO.

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